Nunca es demasiado tarde para empezar a aprender a educar nuestro gusto a beneficio de nuestra salud, y más teniendo en cuenta que las Navidades ya están a la vuelta de la esquina. ¿Quieres saber cómo? ¡SIGUE ÉSTAS REGLAS DE ORO!:
1. ¿COMES DEMASIADO? PUES USA PLATOS MÁS PEQUEÑOS.
De hecho se ha comprobado que con éste truco tan sencillo de comer en platos más pequeños que los que usas normalmente, se consigue «engañar» al cerebro y al estómago, que , al ver el plato vacío, crea una sensación de saciedad, haciendo que comas un poco menos.
2. ¿ TE ACABAS EL PLATO EN UN MOMENTO? APRENDE A COMER MÁS DESPACIO.
Debido a nuestro ritmo de vida diversos estudios aseguran que cada día comemos o «devoramos mejor dicho» cada día más rápido. Comer más despacio implica beneficios como ofrecer a nuestro organismo la posibilidad de percibir mejor la sensación de saciedad o concentrar nuestra atención a lo que realmente estamos comiendo, apreciando más los sabores. y evitando «hincharnos» de forma innecesaria. ¡Saborea tus comidas con el mismo mimo que le pondrías a un buen vino! ;P
3. ELIGE LOS INGREDIENTES ADECUADOS PARA IR VARIANDO EL MENÚ.
¡Porque la cocina sana no equivale a comida aburrida! Lo que debes hacer es ir variando a diaria el menú, con el fin de consumir todo lo que tu cuerpo necesita y además impedirás que se te acumulen sustancias perjudiciales. Con la variedad también evitamos la aparición de intolerancias asociado al hecho de exponer al intestino a un estrés continuado tras el consumo reiterado de las mismas sustancias. ¡Como ves…todo son beneficios!
4. ELIMINA TENTACIONES DE LA MESA: REDUCE PAN, ACEITE Y SAL.
Porque pegarle ciertos «mordiscos» al pan mientras esperamos la comida puede elevar el contenido calórico a nuestra comida hasta 300kcal, o incluso a 500 kcal si acompañamos el pan con un chorrito de aceite y un poco de sal. EL mejor truco, poner el pan en la mesa al mismo tiempo que los platos principales.
5. NO DEJES LA FRUTA PARA EL FINAL.
Porque tenemos por costumbre comerla en el postre cuando a veces ya no tenemos ni hambre. Pero debemos cambiar hábitos y aprovechar sus beneficios como hidratante, pobre en calorías, rica en vitaminas, fibra, minerales y antioxidantes. ¿Quieres algunas ideas de cómo comerla? Junto con las ensaladas o a modo de aperitivo con queso por ejemplo manzana o uvas.
Continuaremos profundizando más en el asunto la semana que viene… ;P